Además de los resfriados, el VSR y las infecciones de oído no son los únicos problemas que pueden afectar el sistema respiratorio superior de tu bebé. Otras enfermedades también pueden afectar sus oídos, nariz y garganta. Entre ellas se encuentran las alergias nasales, la mastoiditis y la inflamación nasal, que analizaremos en este capítulo.
Alergias nasales
Es posible que la congestión nasal, los ojos llorosos y los estornudos de su bebé no se deban a un resfriado. Es posible que su bebé tenga una alergia a algo del ambiente. Los médicos denominan a esta afección rinitis alérgica y se produce cuando la inmunoglobulina de su bebé reacciona a los alérgenos del aire.
En términos sencillos, algo en el aire irrita los conductos nasales del bebé y hace que el cuerpo produzca más anticuerpos. Estos anticuerpos provocan hinchazón e inflamación en los conductos nasales del bebé.
Las alergias nasales en sí no son una afección grave, pero pueden agravarse y derivar en otros problemas si no se controlan. Por ejemplo, el exceso de mucosidad y la inflamación en los conductos nasales pueden bloquear las trompas de Eustaquio de los oídos y provocar una infección.
A los bebés con alergias también les puede resultar difícil respirar por la nariz y, cuando no pueden respirar bien, no duermen bien. Esto no solo puede hacer que el bebé esté irritable, sino que la respiración prolongada por la boca puede provocar que los dientes y los huesos faciales se desarrollen incorrectamente. Además, a los bebés con alergias les resulta más difícil combatir los gérmenes que causan resfriados e infecciones respiratorias.
Alergias en los bebés
Incluso los niños muy pequeños pueden tener alergias a una fuente ambiental. De hecho, hasta el 40 por ciento de los niños pueden tener alergias nasales que pueden comenzar alrededor de los seis meses de edad. Sin embargo, las alergias de un bebé no suelen estar causadas por el polen, la hierba u otros alérgenos del exterior. Esto se debe a que los bebés menores de dos años normalmente no pasan suficiente tiempo al aire libre como para desarrollar una alergia. Para volverse "alérgico" a una fuente, los humanos deben estar expuestos a ella varias veces para desencadenar una respuesta inmunitaria.
Más bien, algo en su hogar suele ser la causa de que los bebés tengan alergias nasales. Los culpables más comunes son:
- Humo de cigarrillo,
- ácaros del polvo,
- Moho,
- Perfume,
- Cucarachas.
¿Cuáles son los síntomas de las alergias nasales?
Los síntomas de las alergias en los bebés son similares a los de un resfriado. Sin embargo, los bebés con alergias nasales no presentan fiebre como sí puede ocurrir con un resfriado. Los síntomas pueden incluir:
- Congestión nasal,
- Secreción nasal acuosa y fina.
- Una nariz que moquea,
- Ojos llorosos e irritados,
- Una tos leve,
- Estornudos.
Como resultado de factores desencadenantes ambientales como perfumes y aromas en detergentes y jabones, algunos bebés pueden experimentar eczema, una afección de la piel que causa manchas rojas y escamosas en las mejillas, el cuero cabelludo, los brazos, las piernas, el cuello o la frente.
Generalmente mejora a medida que los bebés crecen y existen muchos remedios caseros y ungüentos que pueden ayudar.
¿Debo llevar a mi hijo al médico?
Si cree que su hijo sufre de alergias, primero intente identificar la causa. Por ejemplo, si su bebé comienza a estornudar cada vez que visita una casa con una mascota, entonces el pelo de la mascota puede ser el culpable. Sin embargo, no siempre es tan fácil identificar el problema. En estos casos, intente reducir los desencadenantes ambientales que podrían causar una reacción alérgica en su bebé.
Aquí hay algunas cosas que puedes hacer para prevenir las alergias en casa:
- Limpie las persianas semanalmente.
- Lave la ropa de cama y los peluches con agua caliente.
- Utilice una funda de colchón para mantener los ácaros del polvo alejados del bebé.
- Limpie regularmente debajo de los refrigeradores y en cualquier lugar donde pueda crecer moho.
- Cambie periódicamente el revestimiento de la cortina de su ducha.
- Mantenga a las mascotas fuera de la habitación del bebé y de los lugares donde éste pasa tiempo.
- Aspire regularmente para eliminar los ácaros del polvo, idealmente utilizando una aspiradora con filtro HEPA.
- No utilice limpiadores húmedos en alfombras y tapizados, ya que permiten el crecimiento de moho.
- Si vive en un clima húmedo, reduzca la humedad en su hogar utilizando un deshumidificador,
- Limpie las encimeras de la cocina, saque la basura y guarde los alimentos en recipientes herméticos para reducir las cucarachas.
- Compre un purificador de aire con filtro HEPA para reducir los alérgenos transportados por el aire.
Si estas tácticas no funcionan, es posible que su bebé tenga una alergia a un alimento que le esté provocando alergias nasales. Si no puede identificar el problema por su cuenta, su pediatra, un alergólogo o un otorrinolaringólogo probablemente le puedan recomendar un curso de acción diferente.
¿Mi bebé corre riesgo de sufrir alergias?
Las alergias de cualquier tipo son más comunes en niños cuyos familiares más cercanos también tienen alergias. Sin embargo, si usted es alérgico al pelo de las mascotas, no significa necesariamente que su hijo también lo sea. Sin embargo, las probabilidades de que su hijo sea alérgico a algún tipo de desencadenante ambiental son mayores. Lo contrario también es cierto. Si usted no tiene alergias, su hijo puede desarrollarlas en cualquier momento.