La roséola es una infección viral leve que provoca fiebre alta seguida de sarpullido. Generalmente afecta a niños de entre 6 meses y 2 años.
¿Qué causa la roséola?
Dos tipos de virus estrechamente relacionados causan roséola. El virus del herpes humano (HHV) tipo 6 y el tipo 7 pueden causar roséola. Si bien estos virus pertenecen a la categoría del herpes simple, no causan herpes labial ni herpes genital. Por lo general, los síntomas de la roséola tardan entre una semana y diez días en aparecer después de la exposición al virus.
Síntomas de la roséola
Algunos bebés pueden contraer roséola y nunca presentar síntomas. Sin embargo, la mayoría de los bebés tendrán:
- Una fiebre alta,
- Un ligero dolor de garganta,
- Rinorrea,
- Irritabilidad,
- Disminución del apetito,
- Diarrea leve,
- Tos leve,
- Ganglios linfáticos inflamados.
La fiebre suele durar entre tres y cinco días. Una vez que la fiebre baja, aparece un sarpullido en el cuerpo del niño. El sarpullido se ve como pequeñas manchas o parches rosados y es plano o ligeramente elevado. En la mayoría de los niños, el sarpullido comienza en el pecho o la espalda antes de extenderse al cuello y los brazos. Por lo general, no llega a la cara ni a las piernas.
La erupción puede durar unas horas o unos días.
¿Debo llevar a mi bebé al médico?
La mayoría de los casos de roséola se pueden tratar en casa. Use paracetamol o ibuprofeno para tratar la fiebre o la irritabilidad. La erupción no suele ser molesta.
Los bebés que necesitan ver a un médico incluyen aquellos que:
- Tiene fiebre de más de 103°,
- Tiene roséola y fiebre que dura más de siete días,
- Todavía tengo un sarpullido después de tres días.
Un pequeño porcentaje de bebés con roséola puede sufrir convulsiones febriles causadas por la fiebre alta. Los síntomas incluyen pérdida de conocimiento, pérdida del control de la vejiga o los intestinos y/o espasmos en las extremidades o la cara. Estos bebés necesitan atención médica inmediata.
Los médicos también deben ver a los bebés con sistemas inmunes debilitados para administrar el tratamiento adecuado para la roséola.
¿Puedo prevenir la roséola?
Lamentablemente, la roséola es un virus muy contagioso que se puede transmitir fácilmente entre los niños. No existe vacuna. Para prevenir su propagación, hay que lavarse las manos con frecuencia, limitar el contacto con personas enfermas y lavar los juguetes y chupetes con frecuencia.